Nunca fui buena escribiendo.
Y sobretodo se me hace difícil escribir esto, porque ni siquiera sé por dónde empezar. Espero poder empezar la historia con un "me odio" y terminar con un "me quiero".
Y sí, me odio, no sé ni cómo empecé a hacerlo, ni cuando, ni por qué. Tal vez fue a medida que fui creciendo, iba notando cosas en mi que no me gustaban...y en ese momento me sentía en un infierno.
La gente no dejaba de repetir comentarios sobre mi apariencia, y eso me dolía. Me dolían comentarios que nunca antes me habían dolido, y nunca antes hubiera creído que me iban a doler.
Había veces en que me podía pasar una hora mirándome al espejo, tratando de encontrar algo que me gustara, y terminaba llorando porque no podía encontrar nada. Llegué a llorar, llegué a no querer salir de casa porque sabía que la gente no iba a dejar de mirarme. Tenía miedo de cuantos comentarios iba a recibir esa vez, y me pasaba días pensando en si esa vez iba a ser suficientemente fuerte para aguantar las lagrimas hasta llegar a casa.
Y si les digo la verdad, en ese momento me afectaban cada una de las palabras que me decían, unas me dolían y otras me animaban.
Llegué al punto de no comer por días porque no encontraba otra solución, llegué al punto de agacharme en frente del inodoro y llorar como una estúpida porque era incapaz de hacerlo. Estaba a un paso de convertirme en lo que ellos querían que fuera, pero no quería. No podía permitirme el no ser fuerte ante algo cuando hasta ahora lo había sido.
Llegué al punto de levantarme del suelo, mirar el inodoro, secarme las lagrimas y mirarme en el espejo. Me quedé a nada, odiándome y diciéndome "Esto no es lo que querés".
Tuve la fuerza de voluntad de no hacer cosas que me habrían marcado de por vida y a día de hoy miro al pasado y me digo "deberías estar orgullosa de lo que sos y de lo que vas a seguir siendo".
Hubo momentos en que la gente me decía que estaba más flaca, que había perdido peso, que me veía más linda, y eso me animaba. Pero llegó un momento en el que me miré al espejo y no me reconocí. Podía estar más delgada, pero por adentro estaba hecha mierda y eso era lo que valía.
Y en ese momento aprendí que no iba a estar más linda con un cuerpo delgado, en ese momento entendí que como estaba bonita era con una sonrisa en la cara y, metida en este mundo de mierda, casi no había rastro de esa sonrisa.
Y a partir de ahí los comentarios de la gente dolían cada vez menos, de personas que no saben quién soy yo.
Aun hoy en día intento que los números de la balanza no me duelan, aunque hay días en que todavía me lastiman, pero vuelvo a ser yo. Vuelvo a ser la chica que se ríe, la que trata de ser feliz aunque sea a su manera. La chica con mil imperfecciones pero que ahora se pone adelante del espejo y por lo menos ve una cosa que le gusta, o tal vez dos.
Volví a ser yo por dentro, y eso me importa más que meterme en un talle menos cuando uno más no es un delito, no me hace menos bonita aunque la gente quiera hacerme creer eso. Aunque quieran convencerme de eso, yo solamente tengo que gustarme a mí.
¿Y saben qué? Empecé todo esto sin que hubiera una sola cosa en mí que me gustara, y ahora al menos ya hay dos. Y poco a poco van a ir habiendo más. Y sé que va a llegar el día en que me ponga adelante del espejo, me mire sin los ojos hinchados por haber llorado y con una sonrisa en la cara pueda decir "Hoy es día en el que empiezo a quererme".
Y sonreír, salir allá afuera sonriendo y sin importar lo que la gente pueda decir. Porque las palabras solamente lastiman si les prestas atención. Y yo prefiero escuchar los "te quiero" de la gente que se queda y no los "gorda" de la gente que va y viene, y no es poca la gente que me quiere.
Yo poco a poco intento quererme con la misma intensidad con la que ellos me... <<<<<< N.B from Jumbotweet: auto-truncated at 4K characters on index page - Click here or on the "view" link to see entire jumbotweet! http://www.jumbotweet.com/ltweets/view/176598