[...] la ilusión no está del lado del saber, está ya del lado de la realidad, de lo que la gente hace. Lo que ellos no saben es que su realidad social, su actividad, está guiada por una ilusión, por una inversión fetichista. Lo que ellos dejan de lado, lo que reconocen falsamente, no es la realidad, sino la ilusión que estructura su realidad, su actividad social real. Saben muy bien cómo son en realidad las cosas, pero aún así, hacen como si no lo supieran. La ilusión es, por lo tanto, doble: consiste en pasar por alto la ilusión que estructura nuestra relación efectiva y real con la realidad. Y esta ilusión inconsciente que se pasa por alto es lo que se podría denominar fantasía ideológica.
La enunciación de la "conciencia ingenua": "ellos no saben lo que hacen pero lo hacen", ha sido reformulada, entonces, en los siguientes términos: "ellos saben, que su hacer es una ilusión, pero aún así lo hacen". ¿Pero lo saben? ¿Ellos saben que el orden de cosas en el que viven es una ilusión? ¿Cómo lo saben? ¿Cómo saben que la realidad no es más que una fantasía ideológica?
¿Y si lo saben, por qué perseveran en su ilusión, por qué hacen como si no lo supieran? ¿Qué hay en los sujetos –del orden patológico– que explica esta vida afincada en fantasías ideológicas que se viven como si fueran realidad? Zizek no ofrece respuesta a todas estas preguntas, al menos no a todas, al menos no en este momento. Lo que hace es dar un ejemplo: "ellos saben que su idea de Libertad encubre una forma particular de explotación, pero aún así, continúan en pos de esta idea de Libertad". Žk