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@infoCIUDADANO D: EL NACIONAL EL EDITORIAL Evo y el polloWednesday, April 21, 2010 9:30 AMFrom: "R@fael"
EL NACIONAL - Miércoles 21 de Abril de 2010
Opinión/6
Opinión
El Editorial
La locura en el poder
Evo y el pollo
E l mundo anda patas arribas y, por los vientos que soplan, la tendencia es tener, cada vez más, personas desquiciadas como líderes. Esta semana un ayatolá iraní afirmó que la ola de terremotos que sufre el planeta tiene su origen el relajamiento de las mujeres, de su forma de maquillarse y en el estilo de vestir que dejaba al aire mucho del cuerpo femenino. Según el barbado iraní este relajo provocaba una mayor cantidad de coitos que hacían tambalear al globo terráqueo.
No nos extrañe esta afirmación porque con anterioridad el presidente de esa república islámica, Mahmud (¿mamut?) Ahmadineyad, había negado el Holocausto y se pronunció por borrar a Israel del mapa. Es decir, completar la tarea de Adolfo Hitler, pero ya no en Europa sino en el Medio Oriente.
En los predios latinoamericanos no nos ha faltado esfuerzo para elevarnos a la categoría de productores de locos importantes.
Pensemos por ejemplo en el Che Guevara y en su fallida experiencia en el Congo, y luego en Bolivia. Con su proyecto de una guerrilla continental, terminó en una pequeña población boliviana, con la mirada extraviada, hambriento y con los harapos de un uniforme que olía a diablos.
Fidel es, sin duda, el loquero mayor por su capacidad de inventar proyectos en Cuba que jamás culminan porque están basados en su ficción particular y no en la realidad. Una vez fantaseó con una vaca que sería la madre de decenas de vacas que producirían diariamente 60 litros de leche. Flor de un día y fracaso de toda la vida. Igual le sucedió con el proyecto de producir en un año 10 millones de toneladas de azúcar. El resultado fue todo lo contrario: no se alcanzó la meta, se distorsionó el marco general de la economía y el sobreesfuerzo de toda la población terminó en un estruendoso fracaso.
En Venezuela, si existe algún monumento a la locura este no es más que el gasoducto del sur. Veamos algunos de sus preámbulos: Venezuela, cuya producción es ya insuficiente para el mercado nacional, propone un gasoducto imaginario: llevar un gas del cual no disponemos a un mercado extremadamente lejano en el sur. Fracaso inevitable.
Para rematar, Evo Morales convoca en Bolivia una reunión ecológica mundial (¿?) para salvar al mundo y, según un despacho de la agencia EFE, culpa a los alimentos transgénicos de la homosexualidad y la calvicie. Al corresponsal de la agencia española no le quedó más remedio que escribir que Morales "sorprendió hoy a propios y extraños al asegurar que la comida transgénica es la responsable de las `desviaciones’ de los hombres hacia la homosexualidad y de la calvicie en Europa". Morales arremetió "contra la Coca Cola y la patata holandesa".
El mandatario boliviano defendió sus ideas afirmando que no eran inventos sino información probada. (...) "El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres". En verdad, le sale psiquiatra.
“Huid de la tierra donde un solo hombre controla los poderes, porque es tierra de esclavos”.
Simón Bolívar
EL NACIONAL - Miércoles 21 de Abril de 2010
Opinión/6
Opinión
El Editorial
La locura en el poder
Evo y el pollo
E l mundo anda patas arribas y, por los vientos que soplan, la tendencia es tener, cada vez más, personas desquiciadas como líderes. Esta semana un ayatolá iraní afirmó que la ola de terremotos que sufre el planeta tiene su origen el relajamiento de las mujeres, de su forma de maquillarse y en el estilo de vestir que dejaba al aire mucho del cuerpo femenino. Según el barbado iraní este relajo provocaba una mayor cantidad de coitos que hacían tambalear al globo terráqueo.
No nos extrañe esta afirmación porque con anterioridad el presidente de esa república islámica, Mahmud (¿mamut?) Ahmadineyad, había negado el Holocausto y se pronunció por borrar a Israel del mapa. Es decir, completar la tarea de Adolfo Hitler, pero ya no en Europa sino en el Medio Oriente.
En los predios latinoamericanos no nos ha faltado esfuerzo para elevarnos a la categoría de productores de locos importantes.
Pensemos por ejemplo en el Che Guevara y en su fallida experiencia en el Congo, y luego en Bolivia. Con su proyecto de una guerrilla continental, terminó en una pequeña población boliviana, con la mirada extraviada, hambriento y con los harapos de un uniforme que olía a diablos.
Fidel es, sin duda, el loquero mayor por su capacidad de inventar proyectos en Cuba que jamás culminan porque están basados en su ficción particular y no en la realidad. Una vez fantaseó con una vaca que sería la madre de decenas de vacas que producirían diariamente 60 litros de leche. Flor de un día y fracaso de toda la vida. Igual le sucedió con el proyecto de producir en un año 10 millones de toneladas de azúcar. El resultado fue todo lo contrario: no se alcanzó la meta, se distorsionó el marco general de la economía y el sobreesfuerzo de toda la población terminó en un estruendoso fracaso.
En Venezuela, si existe algún monumento a la locura este no es más que el gasoducto del sur. Veamos algunos de sus preámbulos: Venezuela, cuya producción es ya insuficiente para el mercado nacional, propone un gasoducto imaginario: llevar un gas del cual no disponemos a un mercado extremadamente lejano en el sur. Fracaso inevitable.
Para rematar, Evo Morales convoca en Bolivia una reunión ecológica mundial (¿?) para salvar al mundo y, según un despacho de la agencia EFE, culpa a los alimentos transgénicos de la homosexualidad y la calvicie. Al corresponsal de la agencia española no le quedó más remedio que escribir que Morales "sorprendió hoy a propios y extraños al asegurar que la comida transgénica es la responsable de las `desviaciones’ de los hombres hacia la homosexualidad y de la calvicie en Europa". Morales arremetió "contra la Coca Cola y la patata holandesa".
El mandatario boliviano defendió sus ideas afirmando que no eran inventos sino información probada. (...) "El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres". En verdad, le sale psiquiatra.
“Huid de la tierra donde un solo hombre controla los poderes, porque es tierra de esclavos”.
Simón Bolívar