VOLUNTARISMO Y TUTANKABRON TAPANDO EL DESASTRE CON PINTURITAS ROJAS
Posted by: "Alberto Rodriguez" chinorodriguez1710@yahoo.com
Wed Dec 1, 2010 2:19 am (PST)
Las Armas de Coronel
Dedicado a documentar los abusos de poder del régimen chavista, para el conocimiento de la gente de hoy y de la gente del futuro.
martes 30 de noviembre de 2010
Voluntario en Hospital
Felicidad es ser dado de alta....
Poco después de haber llegado a USA como residentes, en 2003, tuvimos una emergencia médica en la familia. Fuímos a un hospital cercano y allí mi familiar fue tratada con rapidez, sujeta a exámenes diversos y dada de alta a las 36 horas. Cuando llegó el momento de la dolorosa (la cuenta) me hicieron una serie de preguntas sobre mi seguro médico y situación social general. No teníamos seguro médico, ya que a nuestra edad no hay aseguradora que se atreva a hacerlo, a menos que cobre una prima tan alta como para ser impagable. Ahora tenemos MEDICARE pero en ese momento, y por los primeros cinco años de residencia, no éramos elegibles.
En fin, lo que sucedió fue que, como resultado de esa entrevista, la cuenta original de $5200 fue rebajada a $2100, a ser pagada en cuotas mensuales de $40, sin intereses. Aquello me pareció bastante anti-capitalista, más bien como un verdadero socialismo del siglo XXI.
Esta cuenta ya fue cancelada y esperamos, como esperan la mayoría de los ancianos de este mundo, no tener que pasar por un proceso largo y costoso de camino hacia la muerte, lo cual sería penoso tanto material y espiritualmente para quienes deben “cargar con el muertoâ€�.
Esa experiencia de 36 horas en aquél hospital inmenso, rodeado de gente que se quejaba, rostros compungidos y personal intensamente atareado, más el tratamiento tan solidario por parte del departamento de cobranzas, me produjo el deseo de “pagarâ€� lo que consideré una deuda contraída. Esa deuda no era la monetaria, tanto como la de gratitud.
Por ello, al averiguar que allí existía un programa de voluntarios me presenté un día en el hospital para enrolarme. Pensaba que podía ser un puente entre los pacientes y sus familiares quienes no hablan el idioma y el personal médico y administrativo del hospital. En el hospital me explicaron que esa tarea era llevada a cabo por empleados profesionales, no por voluntarios, dada su naturaleza tan delicada (imagínense a alguien traduciendo incorrectamente un síntoma o un tratamiento y sus posibles consecuencias) . Si quería ser voluntario, me dijeron, tendría que ser en tareas más modestas y hasta humildes.
Tuve que llenar un formulario bastante exigente y presentar tres referencias personales sobre mi buen carácter ciudadano. Supongo que el hospital desea asegurarse de que no adquiere los servicios de algun pervertido sexual o de alguien interesado en sustraer equipos médicos. Al cabo de un par de semanas fuí notificado que había sido aceptado y se me convocaba a una sesión inicial de entrenamiento.
En esa sesión habían una doce otras personas que se iniciaban como voluntarios, de edades entre 18 y 80 años, nueve mujeres y tres hombres. Allí aprendimos los códigos médicos que rigen en el hospital, como transportar a un paciente en silla de ruedas (es toda una especialidad) , como llevar una muestra médica de la sala de hospitalizació n al laboratorio (o los laboratorios porque hay varios), por donde transportar pacientes en aquél laberinto que interconecta cuatro edificios (hay áreas especiales para esto, dado que los pacientes no desean ser vistos en batolas por los visitantes), como identificar correctamente al paciente a quien se le está dando de alta (hay que estar seguros de que uno está lidiando con el verdadero paciente), como responder a preguntas (uno no puede ceder a la tentación de opinar sobre la aflicción del paciente o, mucho menos, sugerir algun medicamento, cosa dificil para un venezolano), que hacer en caso de incendio
(antes de salir corriendo), que hacer si se escapa un paciente o si no sabe donde está. En fin, una sorprendente variedad de situaciones que pueden presentarse y a las cuales el voluntario debe aprender como enfrentar.
El hospital tiene unos mil voluntarios, quienes se turnan 24x7. El trabajo que hacen representa una contribución de unos cinco millones de dólares al año, ya que ese sería el monto en salarios y beneficios que el hospital tendría que pagar si ellos no existieran. Encontré voluntarios que han estado allí por 15 o más años, semana trás semana. Algunos ya son tan ancianos que no pueden transportar pacientes pero si pueden llevar especímenes médicos de un sitio a otro. Para ellos seguir siendo útiles es literalmente una cuestión de vida o muerte.
He encontrado mi tarea sumamente gratificante. Como una buena parte de lo que hago es llevar a pacientes de su habitación a la salida, donde los esperan sus familiares para regresar al hogar, la mayoría de esos pacientes transfieren su sentimiento de gratitud al último representante del hospital que ven, ese que los lleva al auto.
Ese soy yo. De vez en cuando hay quien se va insatisfecho pero esa es la minoría. A todos les digo: “no queremos verlo (a) más por aquÃâ€�, lo que siempre genera una sonrisa.
En las 200 horas de servicios voluntarios que he acumulado hasta ahora he tenido la oportunidad de constatar el coraje y la entereza que muestran pacientes y familiares frente a la enfermedad, y la solidaridad que los acompaña por parte del personal médico, enfermeril, administrativo y voluntario. Aún el mejor de los hospitales (y este está entre los primeros cincuenta de los Estados Unidos) no es un sitio donde la gente quiere permanecer. A veces llega la muerte para algunos. Pero todo es manejado, el sufrimiento y la muerte incluídos, con dignidad.
En un bello rincón del hospital hay un sitio arbolado y tranquilo, dedicado a la meditación. En ocasiones, en momentos en que no estoy haciendo algo, voy allí a meditar unos minutos sobre lo maravilloso que es la solidaridad y la bondad de los seres humanos. Uno de mis compañeros, quien ha estado allí por 20 años y ya tiene 88 años, simboliza esa maravillosa cualidad. No falla un turno, no pierde la calma o el buen humor. En él veo un buen modelo para mi futuro, si tengo la suerte de llegar hasta allí siendo útil.
La situación financiera de PDVSA
la pintura roja no tapa el desastre.... .Hace algunos meses el presidente-ministro de PDVSA, Rafaél Ramírez, admitió que, tanto las deudas como las cuentas por pagar de la empresa seguían aumentando, llegando a unos $70.000 millones (versión digital Reporte 360. http://pruebas. reporte360. com/detalle. php?id=32444 ). Esta cifra dada por Ramírez parecería sub-estimada, pués no incluiría los pagos que deben hacerse por la expropiación forzosa de múltiples empresas contratistas, tanto nacionales como extranjeras, pagos cuyo monto es dificil de estimar para observadores externos. En adición, como ya lo ha notado repetidamente el analista financiero Oliver Campbell, el monto de contingencias para los posibles pagos a ExxonMobil y ConocoPhillips es poco realista, mil millones de dólares, cuando la demanda de estas empresas es por unos $15.000 millones. Si se toman en cuenta estas seguras y probables obligaciones de corto plazo y se añaden los
$20.000 millones del préstamo chino y los pasivos laborales, estaríamos frente a pasivos de PDVSA del orden de unos ciento veinte mil millones de dólares. Considerando que los pasivos de la PDVSA heredada por Hugo Chávez eran de unos diez mil millones de dólares, es preciso admitir que el deterioro financiero de la empresa es dramático.
Aún las cifras mochas de Ramírez representan un incremento de los pasivos de PDVSA del órden de casi un 20 por ciento en apenas un año. Un estimado como el que hemos hecho arriba representaría un aumento de los pasivos de la empresa por un factor de 12 durante la era chavista.
Y la tendencia de este gigantesco endeudamiento es a la aceleración, como lo demuestran las emisiones de bonos recientes y planificadas para el futuro por la empresa. PDVSA ha anunciado que emitirá deuda varias veces al año, reenmplazando la producción y comercializació n del petróleo, su razón de ser, por una ruinosa operación financiera. No somos expertos en este campo pero no podemos imaginar otro destino para esta PDVSA que la quiebra, algo que sería digno de registro en el libro de Guiness y trágico para un país que ya solo depende del ingreso petrolero para seguir importando alimentos.
Los contratistas aún activos de PDVSA alegan que hay deudas que tienen más de un año sin pagarse. Ello, dicen, incide sobre la calidad y oportunidad de los servicios a ser prestados. Es fácil ver que unos insuficientes servicios promueven la declinación de la producción y, por ende, una mayor crisis financiera. Esto crea un círculo vicioso que terminará en desastre.
Lo que está sucediendo es, ni más ni menos que un proceso de liquidación del sector petrolero, de pérdida de activos e incremento de pasivos, todo con el objetivo de corto y mediano plazo de mantener al régimen en el poder. Este es un proceso perverso y anti-nacional, el cual define al régimen de Hugo Chávez/Rafaél Ramírez como abiertamente criminal. Hago esta denuncia porque pocos venezolanos se dan exacta cuenta de lo que nos está sucediendo en manos de este par de pájaros de cuenta.