El titular de este artículo es una frase peruana que se refiere al hecho de que la música criolla es tocada con guitarra y con cajón, pero, aunque la melodía es la misma, el sonido es diferente en cada caso. Se usa para explicar situaciones y acciones similares que son interpretadas en distintas formas.
El Presidente Trump ha suspendido el ingreso de inmigrantes y visitantes procedentes de seis países de mayoría musulmana, Libia, Sudan, Irak, Irán, Yemen y Somalia durante noventa días, y de Siria por plazo indefinido. La explicación de esta medida, según la Casa Blanca, es para tener un plazo durante el cual se estudiará como determinar si ciudadanos de esas naciones que quieren inmigrar o visitar constituyen o no un peligro terrorista para los Estados Unidos.
Esta medida, temporal en el caso de seis países y de plazo indefinido en el caso de Siria, ha sido condenada por los opositores de Trump en los Estados Unidos y en otros países y acusada de inhumana.
Es muy interesante que los que hoy protestan nunca han protestado contra esa misma política que Libia, Sudan, Irak, Yemen, Irán y Siria (y otros 11 países, Argelia, Bangla Desh, Brunei, Kuwait, Líbano, Malasia, Omán, Pakistán, Arabia Saudita, y los Emiratos Árabes Unidos) aplican a personas que tienen pasaportes israelíes, a quienes les prohíben la entrada.
En el pasado esa prohibición de los países árabes y musulmanes se extendía no sólo a israeliés sino también a judíos de cualquier nacionalidad. En sus formularios de visa y en sus folletos de turismo especificaban que a los judíos no se les permitía entrar. Nunca hubo una sola protesta al respecto en ningún país del mundo.
Como dice el refrán, una cosa es con guitarra y otra con cajón. El mundo entiende y acepta que países árabes y musulmanes prohíban la entrada a judíos e israelíes, pero una suspensión temporal de inmigración de ciudadanos de países donde reina el terror y el odio a los Estados Unidos es intolerable para la gente de buen corazón.
Mi Enfoque #625, Febrero 3, 2017 por David Mandel