SOLEDAD MORILLO BELLOSO | EL UNIVERSAL Con la tierra en la piel
Thursday, December 23, 2010 8:58 AM
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Con la tierra en la piel
Torcerán la ley. Quieren al Zulia. Lo desean con la ambición del delincuente
SOLEDAD MORILLO BELLOSO | EL UNIVERSAL
jueves 23 de diciembre de 2010 12:00 AM
Ser propietario en el campo ata y compromete. La tierra se puede tocar, oler, ver; la tierra trasciende y queda. La tierra es identidad, unión, permanencia. La tierra es pasado, presente y futuro y genera apegos y lealtades. La gente de campo no entiende la insensatez a la que pueden llegar los burócratas que redactan adefesios legales. Y se les escuece la piel cuando leen papeles que solo revelan ignorancia. Papeles que, fabricados entre paredes de rancios palacios, decretan el despojo. Son papeles escritos desde la ignorancia. Y aún peor, desde la envidia y la codicia.
La condición privilegiada del sur del Lago es producto del tesonero esfuerzo de varias generaciones de venezolanos que se dieron a la tarea de convertir un territorio de ciénagas en esa tierra productora de alimentos. Los precursores, esos pioneros que soportaron las épocas difíciles de la fundación, que navegaban sobre plátanos en piraguas durante horas para atracar en los puertos fluviales, que fueron picados por toda clase de insectos y reptiles, que sudaron paciencia, ya están en su mayoría en el cielo. Sus herederos siguieron el camino y construyeron aún más progreso. Hoy esa zona, que bien llaman la "despensa" de Venezuela, pone en la mesa de los venezolanos toda clase de productos. Mucho esfuerzo hay de por medio.
Mi padre murió en 1990. Hoy su alma llora. Su Zulia, esa tierra que adoró y por cuyo progreso tanto luchó, está en estado de sitio. Papá está sentado, con las manos en la cabeza, junto con tantos otros forjadores zulianos, cuyo esfuerzo y litros de sudor honesto convirtieron a esa tierra indómita en polo de desarrollo agropecuario. Ellos hicieron realidad sueños de proyectos y sembraron progreso.
Mi padre no descansa en paz. Su Zulia está en peligro. Unos perversos, prevalidos del poder temporal del Gobierno y abusando de él, lo quieren saquear. Papá no descansa en paz. Su Zulia, ese que fue sujeto y objeto de la mayor de sus pasiones, es víctima de desafueros. Los trajinadores de oficio le han puesto el ojo y ahora la garra. La envidia y la codicia son los pecados capitales de quienes nunca han trabajado. Quieren el tener regalado. Torcerán la ley y burlarán el Derecho. Quieren al Zulia. Lo desean con la ambición del delincuente.
Las callosas manos de mi papá están adoloridas. Esas manos que sembraron pasto y esperanza y se arrugaron con el agua de cientos de inclementes aguaceros, que ordeñaron ubres de vacas pródigas y curaron terneritos, que limpiaron monte y sacaron la mala hierba, que armaron instituciones, esas manos tienen tierra en la piel. Papá está triste. Los hombres recios lloran para adentro, pero lloran.