"Que no te den gato por liebre"
En el "Siglo de Oro", ese áureo momento español de Cervantes y Quevedo y Lope de Vega y otros muchos más se hizo común la expresión debido a que en las hospederías, posadas y mesones los "patrones" en un afán de disminuir costos e incrementar ganancias, servían a las mesas de sus comensales aromáticos y dorados manjares de carne de gato mismos que hacían pasar por carneros o conejos. A fin de mostrar una evidencia así fuera esotérica (y ahora diríamos virtual), los posaderos recitaban frente al platón antes de colocarlo en la mesa: "si eres cabrito mantente frito, si eres gato, salta del plato".