El Sionismo, palabra derivada de "Sión", uno de los nombres bíblicos de Jerusalén, se autodefine como el Movimiento de Liberación Nacional Judía, cuyo objetivo es la libre autodeterminación del pueblo judío en su tierra ancestral.
La Real Academia Española, en su definición del Sionismo, menciona dos aspectos:
a) Aspiración de los judíos a recobrar Palestina [i.e. la Tierra de Israel] como patria.
b) Movimiento internacional de los judíos para lograr esta aspiración.
La aspiración judía de retorno a la Tierra de Israel se remonta al año 587 A.E.C. cuando Jerusalén fue conquistada y destruida por el ejército de Nabucodonosor y su población exilada a Babilonia. Es de esa época el Salmo 137 cuya letra dice "Al lado de los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos cuando recordábamos a Sión… Si me olvidase de ti, O Jerusalén, que la mano derecha se me seque."
El rey Ciro de Persia, luego de conquistar Babilonia, reconoció la aspiración judía y proclamó a los exilados "Cualquiera que pertenezca a Judá, que vaya y que el Señor, su Dios, lo acompañe".
Desde que los romanos, en los siglos 1 y 2, derrotaron las rebeliones judías y exilaron a la mayoría de los sobrevivientes, los judíos, al finalizar la cena pascual, exclaman su anhelo milenario: "El año próximo en Jerusalén." En cada ceremonia de matrimonio el novio rompe un vaso para recordar la destrucción de Jerusalén.
A fines del Siglo 19 Teodoro Herzl convirtió esa aspiración en un movimiento político, al fundar la Organización Sionista.
En noviembre del año 1917 el gobierno de Gran Bretaña, al igual el rey Ciro 2,500 años antes, reconoció la aspiración judía y emitió la Declaración Balfour, que luego fue parte del Tratado de Paz de Sevres, en la cual la provincia del desmembrado imperio otomano sería el Hogar Nacional del Pueblo Judío. Y en mayo de 1948 se proclamó el Estado de Israel.
A pesar de la creencia de Herzl de que el antisemitismo ya no tendría razón de existir una vez que los judíos tuviesen su propio Estado, el milenario odio continúa hasta hoy. La única diferencia es que se expresa en nuevos términos: los judeofobos ya no se llaman a si mismos "antisemitas" sino "antisionistas".
Una publicación típica antisemita, la semi-oficialista página Web del presente régimen venezolano, www.aporrea.org, define al Sionismo como "movimiento político, racista, colonialista que se sirvió del sentimiento religioso judío para ocupar y despojar de su tierra al pueblo palestino, asentado en esa zona por lo menos 3,000 años antes de Cristo y habitada por seres humanos, antepasados de los árabes, durante dos millones de años."*
La definición de Aporrea, absurda y descabellada, demuestra una total ignorancia de la historia antigua y contemporánea, de la Biblia, de los orígenes de las religiones judía, cristiana y musulmana, de la arqueología y del origen del ser humano. Su afirmación de que seres humanos, "antepasados de los árabes", vivían hace dos millones de años en lo que hoy es el Estado de Israel, excede de lejos los 200,000 años que los científicos han determinado que han transcurrido desde que apareció el primer Homo Sapiens. También excede en 1,991,000 años los 9,000 años que los palestinos modestamente proclaman haber vivido en la región.
Otra definición antisemita, expresada en la burda falsificación "Los Protocolos de Sión", acusa al Sionismo de ser una conspiración judía cuya intención es dominar el mundo por medio del control político y financiero. No hay forma de convencer a los creyentes en esa teoría de que no existe tal conspiración. El único remedio posible es un tratamiento psiquiátrico para tratar de curarles sus fantasías paranoicas.
Las Naciones Unidas, hoy foco del odio al Estado Judío, aprobó el 10 de noviembre de 1975 la Resolución 3379 en la cual declara que el "Sionismo es una forma de racismo y discriminación racial." La resolución fue apoyada por el bloque soviético, sus satélites, los países árabes y los países con mayoría islámica. En 1991, después de la caída del régimen soviético, la Asamblea General, mediante la Resolución 46/86, revocó la Resolución 3379.
Hablando de racismo, Israel es el único país en la historia del mundo adonde africanos de piel oscura fueron traídos para ser libres y no para ser esclavos