Mr. Hitchcock, ¿cuál es su definición de felicidad?”, pregunta el entrevistador, a lo que el cineasta responde:
Un horizonte claro —nada en tu plato de qué preocuparte, sólo cosas creativas y no destructivas. No soporto las peleas, no soporto los malos sentimientos entre las personas. Pienso que el odio es energía desperdiciada y del todo improductiva. Soy muy sensible: una palabra ofensiva, dicha por una persona, digamos, de temperamento, si es cercana, me hiere por muchos días. Sé que somos solo humanos, que transcurrimos por varias emociones, emociones negativas, pero cuando estas se apartan y puedes mirar hacia delante y el camino frente a ti está despejado, estás a punto de crear algo. Pienso que eso es ser tan feliz como siempre quise.