El origen histórico del problema
Mi Enfoque #572, 18 de setiembre, 2015 por David Mandel, enfoque@netvision.net.il
El imperio otomano cometió el grave error de tomar parte en la Primera Guerra Mundial al lado de Alemania, lo cual fue una excelente oportunidad para Francia y Gran Bretaña de dividir entre ellos el imperio otomano, cuando este fuese derrotado.
El diplomático francés François Georges-Picot y el británico Sir Mark Sykes se reunieron secretamente durante cuatro meses, desde noviembre de 1915 hasta marzo 1916 para repartir el imperio entre las dos potencias. El 16 de mayo de 1916 se firmó en secreto el acuerdo, al cual se dio el nombre de Acuerdo de Asia Menor, por el cual Palestina, Transjordania e Irak serían parte de la zona bajo dominio británico, y lo que hoy es Líbano y Siria serian controlados por Francia..
No tomaron en cuenta las divisiones étnicas y religiosas, (alawitas, árabes, drusos, kurdos, sunnis y shiitas) existentes en esos territorios para separarlos unos de otros. Irak fue formado por la unión de tres provincias del imperio otomano, una de ellas con mayoría kurda, otra con mayoría sunni y la tercera con mayoría shiita.
Sykes y Picot crearon cuatro nuevas naciones árabes que nunca habían existido antes: Líbano, Siria, Irak y Transjordania, con fronteras arbitrarias trazadas por burócratas europeos muy lejos del Medio Oriente.
La nación que más méritos tenía para ser un Estado independientes, debido a su uniformidad étnica, religiosa, lingüística y fuerte identificación nacional, era la de los kurdos, a los cuales paradójica e injustamente le negaron la posibilidad de tener un Estado independiente.
El resultado fue que los Alawitas, que son una pequeña minoría en Siria, dominaron el país durante décadas, y los sunnis que son minoría en Irak gobernaron a la mayoría que es shiita.
Dictadores con mano fuerte, y con una crueldad sin escrúpulos, lograron mantener estables estos Estados durante varias décadas, pero en los últimos años Siria e Irak prácticamente han dejado de existir.
La tragedia que ha causado la muerte de cientos de miles y ha desplazado de sus hogares a millones se origino en las oficinas de dos burócratas europeos en Londres y Paris.