Mauri, Sr. Presidente, todo mal con su graciosa persona.
En el discurso de anoche en Humahuaca (donde había una vez una vaca), ud. dijo que ¨nos encontramos con un estado devastado, en el que todavía seguimos sorprendiéndonos con cosas que ni imaginábamos¨.
Reconozco que se puede ser inocente, pero de la inocencia a la pelotudez hay un camino muy corto.
Ud. (después de tantos años detrás del gobierno de la CABA) tanto su función en la ciudad, como su conocimiento de la situación nacional, queda en orsay cuando reconoce sorprenderse por el kirchnereo por todos sospechado.
Si no sabe lo que tiene que decir, no lo diga.
Sabemos que es un pelotudo ineficiente, ineficaz e inútil.