MARÍA ISABEL PÁRRAGA B. | EL UNIVERSAL Medio lleno...
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Medio lleno...
La lucha que tenemos es la de procurar un mejor entorno y calidad de vida
MARÍA ISABEL PÁRRAGA B. | EL UNIVERSAL
lunes 30 de mayo de 2011 12:00 AM
La verdad es que si nos ponemos a asumir la versión del vaso "medio vacío" tendríamos que escribir un tango en lugar de un artículo de opinión. Razones hay "de sobra", tantas como titulares de primera página, porque más allá de los caracteres en negritas están las historias personales en la que nuestra cotidianidad se ha convertido una lucha "cuerpo a cuerpo" contra el pesimismo, la angustia y la incertidumbre. Pero aunque no lo crean, a pesar de todo ese panorama oscuro, en nuestro país hay tantos motivos como estrellas en el cielo para ser optimistas porque a esa Venezuela inviable hay otra que se mueve intensamente de manera creativa y activa.
Es impresionante la cantidad de gente que se niega a bajar la Santamaría de los sueños y que contra todo pronóstico se están "inventando una" no sólo para tratar de sobrevivir en medio de la crisis, sino para generar redes de solidaridad, de productividad, de bien común y hasta de disfrute. Solamente para dar una idea, en el ámbito que nos venimos desenvolviendo desde hace pocos años como es el del deporte aficionado, es más que llamativo cómo prácticamente todos los fines de semana hay uno o varios eventos en el país organizados por personas e instituciones que ven en ello no solo un negocio, sino la posibilidad de ganar espacios para el bienestar, la paz y la convivencia y si a eso se suma que buena parte de esos dividendos se destinan a fundaciones estamos entonces en un "círculo virtuoso" donde todo se retroalimenta.
Estamos hablando del deporte aficionado o "deporte salud" pero si hurgamos en otros sectores encontramos una cantidad importantísima de emprendedores, gente con ideas nuevas, con una capacidad de inventiva que se pierde de vista, valientes que contra todo pronóstico han tomado la decisión no solo de quedarse y luchar "cuesta arriba, y con el viento en contra". La pregunta es ¿por qué se arriesgan? La respuesta es sencilla: creen que a pesar de todo este es un país de oportunidades.
Pero muchos que ven con animadversión esto de las iniciativas individuales también pueden tener su ración de "sopita de pollo colectiva". ¿Cómo pueden entenderse si no es de manera positiva la cantidad de asociaciones, cooperativas, consejos comunales muchos creados con fines políticos pero que han tomado su vida propia? ¿No son muestras de una sociedad organizada en pro de su comunidad?
La ausencia del Gobierno y del Estado a pesar del afán imposible de control total es fuente de desidia, pero ante esto la gente no se está quedando callada ni quieta. La lucha que tenemos es la de procurar un mejor entorno y calidad de vida. Cuando todo esto pase quedará como protagonistas de la reconstrucción un tejido social organizado y unos ciudadanos creativos curtidos en un entorno hostil. El cielo es el límite.