La justificación de Israel
Mi Enfoque #561, 18 de junio, 2015 por David Mandel, enfoque@netvision.net.il
Nunca pidas disculpas, nunca expliques—es señal de debilidad*
Israel se enfrenta hoy a una campaña de delegitimización y demonización, tremendamente activa en las universidades americanas y británicas, en organizaciones académicas, en sindicatos y en algunas iglesias protestantes. La campaña está dirigida por elementos palestinos, pro-palestinos, de extrema izquierda y antisemitas.
Las acusaciones de apartheid y genocidio llegan al extremo de comparar a Israel con los nazis. Niegan el derecho de los judíos a tener un Estado y consideran que Israel, no sólo desde 1967, sino desde 1948 ha despojado de sus tierras a los palestinos "pueblo indígena".
Hasta ahora Israel se limita a reaccionar negando la calumnia de apartheid y genocidio, con lo cual sólo consigue dar más publicidad a esas calumnias, y motivo a gente de pensar que "donde hay humo hay fuego", o como dijo Shakespeare en Hamlet "la dama protesta demasiado", (Acto 3, Escena 2), dando así una impresión defensiva y de falta de sinceridad.
Israel justifica el control que tiene sobre partes de Cisjordania (especialmente el Área C, cercano a las principales ciudades israelíes) con argumentos de seguridad y religión. Ninguno de esos dos argumentos son convincentes para gente que siente antipatía a Israel, y tampoco lo son para personas que tienen una posición imparcial.
El argumento de "seguridad" está basado en el hecho de que las fronteras temporales previas a 1967, donde Israel en algunos lados sólo tiene 14 kilómetros de ancho, son indefendibles. Este argumento no persuade a las personas que no están familiarizadas con la geografía de la región ni entienden el odio implacable que el régimen palestino inculca a sus ciudadanos. Esas personas consideran que Israel sufre de paranoia, y que la seguridad del país es fácilmente defendible con garantías internacionales, fuerzas de las Naciones Unidas, y tratados de paz firmados por ambas partes.
El argumento religioso, basado en la historia bíblica, no es tomado en serio por personas que no comparten las convicciones religiosas judías. Basar los derechos de Israel sobre la Cisjordania en el hecho de que hace más de 2,000 años el territorio fue un reino judío tiene fuerza sólo en personas judías y cristianas que tienen gran respeto a la Biblia. No tiene mucho efecto en ateos y agnósticos, y mucho menos en musulmanes.
No hay artículo en los medios de comunicación que menciona la Cisjordania, donde no se incluye las frases "Territorios ocupados" y "los asentamientos son considerados ilegales por el consenso internacional."
Israel, más que Jordania, Líbano, Siria e Irak (países cuya legitimidad nunca es puesta en duda), es un Estado legal y legítimo.
La Conferencia de San Remo incorporó en su resolución del 25 de abril de 1920 la Declaración Balfour del año 1917 en la cual se reconocía a la ex provincia del Estado Otomano como Hogar del Pueblo Judío. Esto fue confirmado por el artículo 22 de la Constitución de la Liga de las Naciones, (cuyo sucesor, las Naciones Unidas, nunca ha anulado las decisiones y resoluciones de la Liga).
En forma unilateral, en marzo del año 1921, Gran Bretaña separa la Transjordania del resto de Palestina y lo entrega a los árabes, excluyéndolo del Hogar Nacional Judío y reservando la Cisjordania para los judíos. Esto fue aprobado posteriormente como fait accompli, el 12 de agosto de 1922 por la Liga de las Naciones.
Cuando un Estado inicia una guerra de agresión (como lo hicieron Jordania y Siria en el año 1967) y pierde, la legislación internacional reconoce el ajuste de fronteras, y la transferencia de la población. Eso ocurrió al final de la Primera Guerra Mundial cuando Francia y Gran Bretaña desmembraron el Imperio Otomano y separaron territorios que hoy son Irak, Siria, Líbano, Israel y Jordania.
En los finales de la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña, la Unión Soviética y los Estados Unidos, en la Conferencia de Yalta, en febrero del año 1945, cambiaron la frontera de Polonia hacia el occidente, con lo cual Alemania perdió el 25% de su territorio, y aprobaron la transferencia de los alemanes de ese territorio para "evitar futuras disputas de fronteras".
En la Conferencia de Potsdam (julio del año 1945) los aliados vencedores fijaron la frontera de Polonia en la línea de Oder-Neisse que así incluye 112,000 kilómetros2 de territorio que había sido alemán. La parte norte de Prusia Oriental fue anexada por la Unión Soviética. Los tres gobiernos participantes, (Gran Bretaña, Unión Soviética y Estados Unidos), expresaron que las poblaciones de alemanes residentes en Polonia, Hungría y Checoslovaquia serian expulsadas de esos países y transferidas a Alemania.
Los europeos que hoy consideran ilegales a los asentamientos olvidan que la Resolución 242 del Consejo de Seguridad, (22 de noviembre de 1967) menciona en la versión original en inglés que "Israel se debe retirar de territorios ocupados", y evita deliberadamente el uso del artículo "los". La traducción al francés si incluye la palabra des, pero la versión que se votó y aprobó fue la original en inglés.
Ergo, la Cisjordania, que fue tomada del Estado agresor Jordania, no es "territorio ocupado" sino "territorio en disputa". Y ese el argumento que Israel, en forma incansable y repetitiva debe usar, en vez de "seguridad" e "historia bíblica".
* Dicho por John Wayne en el papel del Capitán Nathan Cutting Brittles en la película "Ella llevaba una cinta amarilla"
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Mi Enfoque #561, 18 de junio, 2015 por David Mandel, enfoque@netvision.net.il
Nunca pidas disculpas, nunca expliques—es señal de debilidad*
Israel se enfrenta hoy a una campaña de delegitimización y demonización, tremendamente activa en las universidades americanas y británicas, en organizaciones académicas, en sindicatos y en algunas iglesias protestantes. La campaña está dirigida por elementos palestinos, pro-palestinos, de extrema izquierda y antisemitas.
Las acusaciones de apartheid y genocidio llegan al extremo de comparar a Israel con los nazis. Niegan el derecho de los judíos a tener un Estado y consideran que Israel, no sólo desde 1967, sino desde 1948 ha despojado de sus tierras a los palestinos "pueblo indígena".
Hasta ahora Israel se limita a reaccionar negando la calumnia de apartheid y genocidio, con lo cual sólo consigue dar más publicidad a esas calumnias, y motivo a gente de pensar que "donde hay humo hay fuego", o como dijo Shakespeare en Hamlet "la dama protesta demasiado", (Acto 3, Escena 2), dando así una impresión defensiva y de falta de sinceridad.
Israel justifica el control que tiene sobre partes de Cisjordania (especialmente el Área C, cercano a las principales ciudades israelíes) con argumentos de seguridad y religión. Ninguno de esos dos argumentos son convincentes para gente que siente antipatía a Israel, y tampoco lo son para personas que tienen una posición imparcial.
El argumento de "seguridad" está basado en el hecho de que las fronteras temporales previas a 1967, donde Israel en algunos lados sólo tiene 14 kilómetros de ancho, son indefendibles. Este argumento no persuade a las personas que no están familiarizadas con la geografía de la región ni entienden el odio implacable que el régimen palestino inculca a sus ciudadanos. Esas personas consideran que Israel sufre de paranoia, y que la seguridad del país es fácilmente defendible con garantías internacionales, fuerzas de las Naciones Unidas, y tratados de paz firmados por ambas partes.
El argumento religioso, basado en la historia bíblica, no es tomado en serio por personas que no comparten las convicciones religiosas judías. Basar los derechos de Israel sobre la Cisjordania en el hecho de que hace más de 2,000 años el territorio fue un reino judío tiene fuerza sólo en personas judías y cristianas que tienen gran respeto a la Biblia. No tiene mucho efecto en ateos y agnósticos, y mucho menos en musulmanes.
No hay artículo en los medios de comunicación que menciona la Cisjordania, donde no se incluye las frases "Territorios ocupados" y "los asentamientos son considerados ilegales por el consenso internacional."
Israel, más que Jordania, Líbano, Siria e Irak (países cuya legitimidad nunca es puesta en duda), es un Estado legal y legítimo.
La Conferencia de San Remo incorporó en su resolución del 25 de abril de 1920 la Declaración Balfour del año 1917 en la cual se reconocía a la ex provincia del Estado Otomano como Hogar del Pueblo Judío. Esto fue confirmado por el artículo 22 de la Constitución de la Liga de las Naciones, (cuyo sucesor, las Naciones Unidas, nunca ha anulado las decisiones y resoluciones de la Liga).
En forma unilateral, en marzo del año 1921, Gran Bretaña separa la Transjordania del resto de Palestina y lo entrega a los árabes, excluyéndolo del Hogar Nacional Judío y reservando la Cisjordania para los judíos. Esto fue aprobado posteriormente como fait accompli, el 12 de agosto de 1922 por la Liga de las Naciones.
Cuando un Estado inicia una guerra de agresión (como lo hicieron Jordania y Siria en el año 1967) y pierde, la legislación internacional reconoce el ajuste de fronteras, y la transferencia de la población. Eso ocurrió al final de la Primera Guerra Mundial cuando Francia y Gran Bretaña desmembraron el Imperio Otomano y separaron territorios que hoy son Irak, Siria, Líbano, Israel y Jordania.
En los finales de la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña, la Unión Soviética y los Estados Unidos, en la Conferencia de Yalta, en febrero del año 1945, cambiaron la frontera de Polonia hacia el occidente, con lo cual Alemania perdió el 25% de su territorio, y aprobaron la transferencia de los alemanes de ese territorio para "evitar futuras disputas de fronteras".
En la Conferencia de Potsdam (julio del año 1945) los aliados vencedores fijaron la frontera de Polonia en la línea de Oder-Neisse que así incluye 112,000 kilómetros2 de territorio que había sido alemán. La parte norte de Prusia Oriental fue anexada por la Unión Soviética. Los tres gobiernos participantes, (Gran Bretaña, Unión Soviética y Estados Unidos), expresaron que las poblaciones de alemanes residentes en Polonia, Hungría y Checoslovaquia serian expulsadas de esos países y transferidas a Alemania.
Los europeos que hoy consideran ilegales a los asentamientos olvidan que la Resolución 242 del Consejo de Seguridad, (22 de noviembre de 1967) menciona en la versión original en inglés que "Israel se debe retirar de territorios ocupados", y evita deliberadamente el uso del artículo "los". La traducción al francés si incluye la palabra des, pero la versión que se votó y aprobó fue la original en inglés.
Ergo, la Cisjordania, que fue tomada del Estado agresor Jordania, no es "territorio ocupado" sino "territorio en disputa". Y ese el argumento que Israel, en forma incansable y repetitiva debe usar, en vez de "seguridad" e "historia bíblica".
* Dicho por John Wayne en el papel del Capitán Nathan Cutting Brittles en la película "Ella llevaba una cinta amarilla"
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