Nadie te puede comprar, pero el relámpago
Que golpea la casa, tampoco
Puede comprarlo nadie.
Sostienes lo que dijiste.
Pero ¿qué dijiste?
Eres honesto, dices tu opinión.
¿Qué opinión?
Eres valiente.
¿Contra quién?
Eres sabio.
¿Para quién?
No tienes en cuenta tus ventajas personales.
Entonces, ¿de quién tienes en cuenta las ventajas?
Eres un buen amigo.
¿Eres también un buen amigo de la buena gente?
Escúchanos, pues: sabemos
Que eres nuestro enemigo. Por ello ahora
Te pondremos delante de un paredón. Pero teniendo en cuenta tus
Méritos y buenas cualidades
Te pondremos frente a un buen paredón y te dispararemos
Con una buena bala tirada por una buena arma y te enterraremos
Con un buen sudario en la buena tierra.
Bertolt Brecht