Gaitan, entre la realidad y la leyenda ( caso Colombia
luisaeloisa
sábado 16 de abril de 2011
> GAITÁN, ENTRE LA REALIDAD Y LA LEYENDA. EDUARDO MACKENZIE
> (CASO COLOMBIA)
>
> Decir mentiras sobre la historia de Colombia es repudiable.
> Ningún vínculo familiar con el difunto Jorge Eliécer
> Gaitán puede ser invocado como excusa para burlar esa
> exigencia intelectual y moral. Todo lo contrario.
>
> JORGE ELIECER GAITAN
>
> María Valencia Gaitán publicó el pasado 9 de abril en un
> diario bogotano un artículo en el que vuelve a servir
> una falsa leyenda: la que le atribuye al gobierno del
> presidente Mariano Ospina Pérez la muerte del caudillo
> liberal.
>
>
> María Valencia debería investigar realmente cómo
> ocurrió y por qué ocurrió el 9 de abril de 1948. Pues
> ella parece ignorar muchas cosas. Joven, sensible,
> inteligente, capaz, ella podría investigar los
> verdaderos orígenes del 9 de abril, aceptar la verdad y
> romper, por fin, las cadenas ideológicas y
> psicológicas que fabricaron los asesinos de Jorge Eliécer
> Gaitán. Pues el líder liberal fue asesinado dos
> veces. Cuando dispararon cobardemente contra él y unos
> días después cuando esos mismos conjurados lanzaron, en
> Bogotá y París, la especie de que el gobierno de Ospina
> Pérez y el “imperialismo norteamericano”, eran
> los culpables de ese atentado y de las violencias inauditas
> que Bogotá y el resto del país sufrieron.
>
>
> En su artículo, María Valencia Gaitán sugiere que los
> conservadores y el liberalismo no gaitanista, habrían
> ordenado el atentado, dentro de un contexto de múltiples
> violencias que ella describe, en acto de unilateralismo muy
> completo, como un “genocidio” que los conservadores
> habrían cometido “contra los gaitanistas”. En otras
> palabras, Ospina Pérez habría decidido desatar la onda de
> choque que estuvo a punto de derrumbar su propio gobierno,
> que pudo haber quebrado las instituciones y disolver
> abruptamente la IX Conferencia Panamericana. Según
> ella, el presidente Ospina Pérez habría preferido
> incendiar el país y poner en peligro su propia vida y la de
> los delegados a esa conferencia, incluido el secretario de
> Estado norteamericano general George Marshall, pues no
> había encontrado otra manera de frenar la marcha de Gaitán
> hacia el poder.
>
>
> Lamentablemente, esa triste engañifa fue impuesta a los
> colombianos, y a la familia Gaitán, a fuerza de campañas
> de propaganda marxista que duraron años. Esa impostura ha
> tenido éxito por la cobardía de ciertos
> historiadores que no quisieron hacer su trabajo de manera
> profesional y porque el debate fue siempre confiscado.
>
>
> El 9 de abril de 1948 fue uno de los primeros grandes
> crímenes de la Guerra Fría. Fue un golpe solapado de
> Stalin contra el mundo democrático, en un momento clave:
> cuando la URSS creía, por un lado, que los Estados Unidos
> iban a desatar contra ella una guerra mundial, y cuando
> veía, con cierta clarividencia, que el Plan Marshall, en
> sus dos variantes, una para Europa y otra para
> América Latina, sería la palanca formidable que
> contendría el expansionismo comunista en los dos
> continentes.
>
>
> Es lamentable ver que la nieta de Gaitán, a estas alturas,
> sigue ignorando que el Bogotazo tuvo un trasfondo
> geopolítico mayor, que la brutal muerte de su abuelo no fue
> otra cosa que el medio escogido por Moscú para
> propinarle un golpe a Washington y al panamericanismo. Ese
> golpe tenía también un objetivo local: abrirle avenidas a
> los comunistas colombianos, quienes habían sido barridos de
> la escena política y de los sindicatos por la acción del
> gaitanismo. Gaitán si bien admiraba a la URSS, detestaba a
> los comunistas de Vieira y Durán. Y esa no fue la única de
> sus intuiciones geniales. Moscú tenía otra meta
> local más ambiciosa: sacar a Colombia de la esfera del
> mundo libre.
>
>
> ¿Cómo es posible que María Valencia Gaitán ignore esos
> hechos?
>
>
> Hace 60 años que Colombia espera la aparición de la gran
> biografía de Gaitán. El culto de Gaitán existe, y eso es
> legítimo. Sin embargo, es un culto original: sin textos
> litúrgicos indiscutibles y sin grandes pontífices. Si la
> biografía definitiva de Gaitán no ha sido aún escrita es
> porque falta el elemento central: la verdad. La verdad de la
> vida de Gaitán y, sobre todo, la verdad de su asesinato. En
> general, las personas que se han aproximado a ese tema lo
> hacen sin osar remover cuatro obstáculos: una
> investigación judicial mal hecha, un relato de base
> mítico, una visión ideológica tenaz y un enfoque
> localista, que niega hechos importantes de la Guerra Fría.
> Desde tal perspectiva esas personas no pueden pensar ni
> escribir libremente.
>
>
> Lo más dramático de todo es que la familia de Gaitán
> sigue repitiendo la versión inventada por los victimarios
> de Gaitán, en lugar de rebelarse contra ese doble crimen,
> contra el hombre y contra la historia de Colombia.
>
>
> ¿Cómo es posible que en su artículo María Valencia
> Gaitán no haya hablado una sola vez de la guerra a muerte
> que existía entre los comunistas y el gaitanismo? ¿Cómo
> es posible que ella siga diciendo que los puentes estaban
> rotos entre los liberales, los conservadores y el
> gaitanismo? ¿Cómo es posible que ella diga que el partido
> liberal, bajo la dirección de Gaitán, era ya un partido
> socialista, cuando Gaitán habló hasta el último día de
> su vida de “liberalismo-socialista”, lo que es otra
> cosa?
>
>
>
>
> A las dos de la tarde del 9 de abril de1948, un joven
> cubano que asiste a un encuentro estudiantil en Bogotá sale
> para entrevistarse con Jorge Eliécer Gaitán. "..En la
> calle una muchedumbre grita: "¡Mataron a Gaitán!",
> destruye vitrinas, entra en comisarías donde los policías
> le reparten fusiles. Comienza una balacera...". Por Luis
> Britto García, escritor venezolano.
>
>
> Ese análisis de María es consternante. ¿Cómo es posible
> que ella siga alegando que Fidel Castro estaba en Bogotá
> para asistir a un pacífico “congreso de estudiantes”,
> olvidando que a Bogotá llegaron, desde marzo de 1948,
> no sólo el cubano citado, quien tenía ya dos muertos en
> sus espaldas, sino decenas de otros aguerridos stalinistas
> de Europa y Latinoamérica, y que la tarea de todos ellos,
> expertos en subversión, era sabotear la Conferencia
> Panamericana y dirigir una insurrección armadas contra el
> poder? ¿Cómo ella puede ignorar la documentación
> que existe al respecto? ¿Cómo puede ignorar que ese
> era el tipo de trabajo que organizaba el Komintern en esos
> años y que ese aparato dió golpes similares al del 9 de
> abril en otros países? ¿No sabe lo que hizo durante la
> guerra civil española? ¿Lo que hizo en Checoslovaquia?
> ¿Ignora que Jan Masaryk, otro gran líder liberal
> anticomunista, fue “suicidado” por agentes de
> Stalin, pocos días antes del asesinato de Gaitán, el 9
> de marzo de 1948?
>
>
> El concepto de “genocidio” que María Valencia Gaitán
> emplea sin mayor reflexión debería utilizarlo contra los
> que mataron a Gaitán: son ellos los creadores de las
> “repúblicas independientes” ulteriores, los
> manipuladores de bandidos como Sangrenegra y Tirofijo, los
> creadores de las Farc y de los otros organismos criminales
> que han asesinado colombianos y desordenado el país durante
> 60 años. Son ellos los que aplican aún hoy una
> política de aniquilación contra Colombia. ¿Sería mucho
> pedirle a María que trate de ver la historia de su
> patria con anteojos que no sean ideológicos?
>
>
> *Periodista y escritor, autor de Las FARC fracaso de un
> terrorismo, Random House Mondadori, Bogotá, 2007.
>
>
> eduardo.mackenzie@wanadoo.fr
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