Debate

Fuimos testigos del debate entre los candidatos presidenciales y nos sentimos defraudados en lo más íntimo de nuestro ser.
Como esperábamos que fuera.

Ninguna propuesta seria.

Ninguna respuesta seria.

Ambos, chicaneándose en temas que se suponían serían de interés general y que terminaron bastardeando en pos de ver quién le tiraba más basura al otro por lo no realizado durante sus respectivos mandatos.

Viejas chusmas de barrio comentando qué había hecho la mujer de aquel con el marido de aquella y por qué el portero del edificio sacaba la basura fuera de hora.

Ningún comentario medianamente inteligente o sensato.

Acusaciones de inacción de parte de uno y del otro y la desmentida de las mismas.

De parte de uno y del otro.

Basura.

Pura basura pseudoelectoralista debatida por basuras electoralistas sin un mínimo de sentido común ni compromiso por el país, como nos piden a nosotros.

Que el Domingo que viene gane el más mejor.

O el menos malo.

Total, los dados ya están rodando y el destino tiene su decisión tomada.