Están tan cerca los dioses presentes,
¿debo estar yo como si estuvieran lejos,
y oscuro en las nubes?;
antes que la mañana se me ilumine
antes que la vida arda al mediodía,
me los nombro yo en silencio,
cuando desciende la luz celeste
me gusta pensar en la del pasado,
y digo: ¡florece sin embargo!.
Martin Heidegger