"Esta violencia divina que golpea desde la nada
es un medio sin fin o, como expresó Robespierre
en su discurso en el que pedía la ejecución de Luis XVI:
Las personas no juzgan del mismo modo que los tribunales:
no realizan sentencias, lanzan disparos; no condenan
a los reyes, los arrojan al vacío. Y esta justicia vale
tanto como la de los tribunales."