El teléfono repica en una oficina de Nueva York. La contesta es casi inmediata. Del otro lado del altavoz, en suelo estadounidense, responde cortésmente uno de los dos testigos venezolanos que declararán ante la Audiencia Nacional española sobre los vínculos del grupo terrorista vasco ETA con el gobierno de Hugo Chávez.
Diego Arria, ex diplomático, político de derecha y cuya finca La Carolina fue expropiada por la administración actual, se excusa de antemano por el poco tiempo disponible. Debe viajar en breve a Londres. Allí también, en la Cámara de los Lords (Corte Suprema inglesa), denunciará esta semana los nexos del Palacio de Miraflores con José Arturo Cubillas, responsable del colectivo de etarras presentes en el país e identificado como gerente de Seguridad del Instituto Nacional de Tierras.
Confiesa haber leído el reportaje publicado por este rotativo sobre el terrorista. "Vi el acta que firmó Cubillas", dice, al referirse al documento oficial que el etarra certificó con nombre y apellido durante una reunión de sindicalistas, jefes militares y voceros del Gobierno el 29 de julio de 2009 en Caja Seca, municipio zuliano de Sucre.
Los abogados españoles que manejan en Madrid los casos por los que se solicita al irregular vasco ya tienen en su poder las gráficas y el acta publicadas el viernes por La Verdad, según revela. Las han procesado como una evidencia sólida de que el círculo político del ministro de Agricultura, Juan Carlos Loyo, el vicepresidente Elías Jaua y el presidente de la República respalda a Cubillas.
- ¿Sobre cuál de los dos expedientes abiertos en contra de Cubillas declarará: el que lo responsabiliza de fraguar la alianza ETA-FARC o el que lo acusa de entrenar a etarras en Venezuela?
- No puedo responderlo, porque no he estado aún frente al juez. Simplemente he sido invitado a ser testigo. Le comuniqué al juez que no puedo estar el 15 de noviembre en Madrid, porque soy miembro de la junta directiva del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de California y tengo la reunión anual, a la que no puedo faltar. Le he pedido para ir a finales de noviembre o durante la primera semana de diciembre. No puedo adelantar sobre qué parte me preguntarán, porque no está precisado en mi invitación.
- ¿Lo invitan por la carta pública que publicó contra Chávez?
- Yo denuncié a Chávez en junio en una carta pública y le dije: &39;usted ha hecho asaltar, saquear mi finca con el Inti, que tiene como jefe de seguridad, de sus tropas de asalto nada más y nada menos que a un etarra solicitado por la Interpol y por la justicia española, que goza de su protección personal. Cubillas goza de la protección del régimen. Su esposa tiene una ubicación privilegiada. Fue directora de gabinete de la Presidencia de la República; es la mano derecha del actual vicepresidente, que es junto con Loyo y Chávez una tripleta de asalto, pillaje, apropiación indebida y abuso contra los productores en Venezuela.
- ¿Denuncia usted que Chávez, Loyo y Jaua protegen a Cubillas?
- Este señor estaba bajo la protección de ellos tres desde que forma parte del Gobierno. Incluso leí ayer que el juez de España había sugerido que lo separaran del cargo y ellos se negaban a eso porque estaban en plena investigación. Le dije al presidente Chávez: Cubillas, ése que tiene como jefe de Seguridad del Inti, que es el organismo ejecutor de asalto, atropellos y pillajes, está sindicado por la justicia española como un etarra de altísima peligrosidad, que ha entrenado a gente de las FARC en territorio venezolano.
- Más allá del vínculo con el Inti, ¿a usted le consta que Cubillas entrenó a etarras en el país o que buscó aliarse con las FARC?
- No, no puedo decir nada como eso, porque no soy amigo de él como para saberlo.
- ¿Tiene alguna información sobre la actuación de Cubillas en nombre del Gobierno venezolano antes de 2008?
- No, simplemente recuerdo cuando ellos vinieron a Venezuela, pero vinieron en otro tipo de actividades, económicas. Pero el hecho de que un etarra de ese nivel tenga a su esposa trabajando en Miraflores y ahora sea jefe de Seguridad, no queda la menor duda de que hay una vinculación muy especial con el Gobierno. Es igual que el caso de Rangel Silva (jefe del Comando Estratégico Operacional), que fue acusado en Estados Unidos de sus nexos con las FARC y el narcotráfico.
- ¿Qué opina sobre la expresión del presidente de la Audiencia Nacional española de que será complicado lograr la extradición de Cubillas?
- Si el gobierno venezolano tuviera la mejor disposición, le podría quitar la nacionalidad, que él ha adquirido por su matrimonio con una venezolana. Ésa es una instancia a la cual pudiera recurrir el Gobierno venezolano y se quedaría solamente con la nacionalidad española para poder sujeto a extradición. Pero es verdad: los venezolanos no pueden ser extraditados.
- Pero el gobierno español afirma que la colaboración de Venezuela ha sido adecuada...
- El problema es el siguiente: el gobierno español está en una situación más que acomodaticia con el gobierno venezolano. Sus diferencias estratégicas con Venezuela no son ni la libertad ni la democracia, sino exclusivamente el aspecto de sus inversiones en Venezuela, en telefonía, petróleo y otros, esto hasta el punto de que han dicho que les parece admirable el comportamiento de que el gobierno de Venezuela va a investigar.
- ¿Duda que el gobierno venezolano investigue a Cubillas?
¿Cómo va a investigar el gobierno de Venezuela al jefe de Seguridad de su principal instituto ejecutor de la política de asalto a las propiedades en Venezuela? Eso es un chiste, eso es algo risible. Pero el actual gobierno de España estará muy contento de que el gobierno de Venezuela le indique que hablaron con el señor Cubillas y éste niegue eso, que por supuesto él nunca ha tirado ni una piedra en el campo venezolano, que no tiene nada que ver con lo que señala la justicia española.
- Entonces, ¿la respuesta del gobierno venezolano sobre el caso Cubillas no es de fiar?
- Es un saludo a la bandera mutuo. Moratinos le dice a Maduro: ustedes averigüen y Maduro le responde: sí, cómo no, nosotros vamos a averiguar. Eso es realmente un chiste.
Sin embargo, yo creo que eso no va a acabar allí, porque en España la opinión pública comienza a indignarse con el comportamiento del gobierno de Rodríguez Zapatero y no le parece muy bien que se quede indiferente o sea cómplice de la protección de un etarra como Cubillas en Venezuela