BESTIA QUE MAMA CABLE RAYA YUCA / Hacer el oso
Posted by: "Alberto Rodriguez" chinorodriguez1710@yahoo.com
Thu May 27, 2010 4:51 pm (PDT)
EL NACIONAL - Lunes 24 de Mayo de 2010Opinión/6 OpiniónEl Editorial
Contra la Polar Hacer el oso U n lector curioso e interesado en cuestiones de frases en castellano preguntaba a este periódico qué significaba "hacer alguien el oso". El DRAE admite esta expresión coloquial como "exponerse a la burla o lástima de la gente, haciendo o diciendo tonterías". Pues bien, a los venezolanos esto de "hacer el oso" nos cae de perlas, en especial por el sospechoso cortocircuito presidencial de los últimos días, en que le ha dado por atacar a la Polar como si esa empresa fuera un enemigo externo, cuando todo el mundo sabe que es un conglomerado que tiene a sus espaldas una larga data, tanto en la agroindustria como en la distribución de alimentos de consumo masivo.
Desde luego, los venezolanos no fanatizados sabemos que este ataque contra reconocidas empresas (no sólo
la Polar) dedicadas a la producción de alimentos, a su procesamiento y colocación en los anaqueles tanto de los supermercados como en las modestas bodegas y abastos, tiene un claro bastardo interés electoral. Ya sabemos cómo, al calor de las primeras elecciones con el chavismo en el poder, el Gobierno descubrió que una de las aspiraciones más sentidas de los sectores populares era la atención médica inmediata.
No había que ser un genio para hacer el puente con Cuba y su excesiva producción de médicos, la mayoría de ellos subempleados. Surgió así el tráfico de seres humanos, cuyos servicios profesionales eran destinados a cubrir el costo de los millones de dólares que la Venezuela bolivariana le inyectaba al desastre revolucionario de Fidel Castro.
Lo cierto es que esta ofensiva de los improvisados marxistas del Gobierno contra los productores agropecuarios ya fue una experiencia fallida en los primeros años de la
revolución fidelista. Todo el sistema de producción y distribución de alimentos se vino abajo en Cuba y llegó el desabastecimiento que, ordenado en tarjetas de racionamiento, fijó cifras máximas al hambre que debía tener un ciudadano cada día. Es decir, el Estado llegó al delirio de configurar militarmente el escaso menú diario del pueblo.
Hoy los cubanos rectifican y comienzan a entregar parcelas individuales a los agricultores y proclaman la necesidad de incrementar la producción agrícola privada. En Venezuela marchamos al contrario y destruimos lo que exigió años de esfuerzos al sector privado. ¿Por qué?... es la pregunta.
Una respuesta certera nos dice que ante la hiperescalada de la inflación y sus efectos directos y destructores en el poder adquisitivo del pueblo, el Gobierno quiere mantener la canasta de alimentos básicos por debajo de los precios del mercado hasta octubre, luego de las elecciones. De manera que
necesita destruir la oferta privada y consolidarla oficialmente a través de sus cadenas de aprovisionamiento. Y la única manera de lograrlo es saboteando al sector privado y erigiéndose ellos como únicos proveedores. ¿Será que alimento mata voto?