El Reporte de la Comisión Investigadora de la Guerra del 2014
Primero la sentencia y después el veredicto
(Alicia en el País de las Maravillas, capítulo 12, por Lewis Carrol)

Mi Enfoque #562, 26 de junio, 2015 por David Mandel, enfoque@netvision.net.il
La guerra de Gaza comenzó el 8 de julio del 2014 y duró hasta el 26 de agosto del 2014. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas no esperó a que la guerra termine para iniciar el trámite de condena a Israel. El 23 de julio, sólo dos semanas después del comienzo del conflicto, nombró una comisión para investigar las violaciones de las leyes humanitarias acaecidas desde el 13 de junio del 2014.

La fecha 13 de junio del 2014, no fue escogida al azar. El secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes, actos realizados por miembros de Hamás, tuvo lugar el 12 de junio del 2014, lo cual explica porque el Consejo, para aminorar la responsabilidad de Hamás, decidió investigar unicamente lo ocurrido desde el día siguiente, 13 de junio.

La comisión estaba presidida por William Schabas, un canadiense que anteriormente, en más de una ocasión, había acusado al Primer Ministro de Israel de cometer crímenes de guerra. Completaban la comisión Mary McGowan Davis de los Estados Unidos y Doudou Diene del Senegal.

En febrero del 2015 se descubrió que Schabas había realizado trabajos pagados para la OLP, y, por lo tanto, era obvio que sus declaraciones de imparcialidad fueron una mentira hipócrita. Schabas no tuvo otra alternativa que renunciar. Los otros dos miembros de la Comisión carecían totalmente de experiencia y conocimientos militares, lo cual compensaban, por lo menos en el caso del Sr. Diene, con un pro-islamismo obsesivo.

Israel rehusó participar en una farsa cuyas conclusiones se conocían de antemano. Los miembros de la comisión basaron sus conclusiones en informes no verificados de ONG palestinas conocidas por sus actividades anti-Israel y también por ONG israelíes de ideología de ultra izquierda, incluyendo B'Tselem (a la que citó 69 veces) y Rompiendo el Silencio, organización que publica informes anónimos contra el ejército de Israel.

Antes de que la Comisión presente su reporte Israel pidió a un grupo de prestigiosos militares y políticos internacionales que investiguen lo ocurrido y preparen un informe. Entre ellos estuvieron el ex Jefe del Comité Militar de la OTAN, General Klaus Naumann de Alemania; Giulio Terzi, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Italia; Pierre Richard Prosper, experto del Departamento de Estado de los Estados Unidos en crímenes de guerra: y el ex comandante de las fuerzas británicas en Afganistán, el Coronel Richard Kemp.

El panel de militares y políticos emitió su propio reporte donde mencionó el comportamiento moral y responsable del ejército israelí, aun al costo de la vida de sus soldados. Un miembro del panel declaró: "Ningún otro ejercito ha tomado medidas similares para minimizar el daño a los civiles en una zona de combate. Las acusaciones de crímenes de guerra son falsas, parcializadas y contribuirán a alentar a grupos terroristas en el mundo a intensificar su violencia.

Es admirable, (aunque no estoy seguro si "admirable" es la palabra más apropiada) la delicadeza y el tacto con el cual el reporte de la Comisión del Consejo de Derechos Humanos evade expresar la palabra "Hamás" cuando no puede evitar comentar algo tan negativo como la ejecución pública de un grupo de palestinos realizada por Hamás durante la guerra. La Comisión sustituye la palabra "Hamás" usando la frase "grupos armados" sin identificar a que organización pertenecen.

El reporte de la Comisión no menciona que fue Hamás quien inició la guerra disparando andanadas de cohetes, y que Israel hizo lo que pudo para tratar de lograr un cese de fuego antes de su contra ataque. Tampoco menciona que Israel aceptó numerosos ceses de fuego que Hamás violó continuamente.

No se les ocurrió a los miembros de la Comisión que si Hamás hubiese permitido a la población de Gaza refugiarse en los numerosos túneles que constituyen toda una ciudad subterránea, el número de bajas civiles se habría reducido. Y si Hamás hubiese aceptado mucho antes las condiciones de cese de fuego que finalmente aceptaron, el número de muertos y heridos palestinos sería mucho menor.

Lo único favorable que se puede decir es que si se compara el reporte al infame reporte Goldstone, el de ahora es relativamente más imparcial, y su tono menos hostil. Aún así, lamentablemente sólo servirá para alentar a organizaciones como Hizballah y Hamás. Que, sabiendo que cualquier futura acción contra Israel la defensa de Israel ocasionará la condena del Consejo y editoriales negativos de periódicos como New York Times, Guardian y El País, realizarán ataques contra Israel.